IGOR, EL REBELDE
–Papá…
–¿Que
te sucede, Igor?
–No
quiero ser un zombi.
El
padre, un horripilante individuo con los ojos inyectados en sangre, lo mira
sorprendido.
–¿Quién
te metió esa idea?
–Carlitos…
–¿El
hijo del plomero?
El niño
bajó la vista y con el pie derecho hizo dibujos en el piso de tierra.
-¡Es el
padre! ¡Ese maldito siempre llevando la contra!
-Pero
papá, la tele dice que ser zombi no está de moda, ya fue. Ahora todos
quieren ser humanos.
–¿Ah,
sí? ¿Te parece?
Igor
sonríe con la mitad del rostro descarnado.
El
padre pega un portazo y se va en busca del hechicero. Golpea la puerta con
firmeza. Al rato se escucha un ruido a goznes viejos y se entreabre. Por la
rendija, un rostro cadavérico lo observa con desconfianza.
–¿Está
su marido?
La mujer
lo estudia un rato y, antes que responda, una voz quejumbrosa grita desde
adentro.
–¿Quién
es?
-El padre de Igor.
–Hacelo
pasar.
–¿Qué
te trae por aquí, viejo?
–Igor…
–¿Qué
pasa con él?
–No
quiere ser un zombi.
–Me lo
temía. Hay una verdadera revolución en la ciudad.
–¿Qué
sugiere que haga?
El
hechicero queda en silencio mientras saborea pedazos de cerebro de una cabeza
recién cortada. Luego de tomarse un vaso de sangre fresca responde con una
expresión melancólica.
–Los
tiempos cambian, viejo. Resignación y valor.
El
hechicero lo empuja y cierra la puerta con un golpe.
Afuera
una larga fila de mocosos zombis hace bulla frente a un local que ofrece
transformarlos en humanos en el lapso de veinticuatro horas. Igor es el primero
en la fila. El hombre se queda pensativo.
«Todo
tiempo pasado fue mejor»
A media
cuadra de su casa una niña con media cabeza descarnada le ofrece una máscara de
humano por cinco dólares, mientras tararea la canción de moda.
© 2017 Fernando Cianciola
Los temas de zombis, debo confesar, me impresionan. Ademas no se mucho de ellos (debe ser por no ver tele y ademas por el rechazo referido). Superado ese aspecto, la estructura me atrajo. Me perdi un poco cuando sale de su casa y llega a la del hechicero. Tal vez deberia leer mas relatos y menos psicologia y politica.
ResponderEliminarFELICITACIONES.
Estoy de acuerdo con Igor. Las historias de zombis evitan hablar del rigor mortis, a la larga o a la corta esa inmortalidad no debe estar tan buena.😁
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